Por: Verónica Juárez Piña
A reserva de esperar los resultados del peritaje para determinar las causas del accidente de la Línea 12, las evidencias que han surgido apuntan que este siniestro, que ha causado la muerte de 25 personas, pudo obedecer a las omisiones y negligencia tanto de las autoridades responsables del Sistema Colectivo Metro (SCM) como de la Ciudad de México, a las fallas estructurales de la línea y a la falta de mantenimiento como consecuencia de la reducción de presupuesto.
La construcción de la Línea 12 empezó en 2009 y estuvo a cargo de la empresa Ingenieros Civiles Asociados (ICA), en asociación con Alstom Mexicana y Carso Infraestructura y Construcción. Tres años más tarde fue inaugurada por el entonces Jefe de Gobierno del DF, y ahora Canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
Sin embargo, solo dos años después, el 11 de marzo del 2014, el nuevo Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, junto con las autoridades del Metro, tomaron la decisión de suspender las actividades de algunas estaciones de esta línea, debido a que presentaron diversas fallas: como fisuras en cuatro mil 800 durmientes (objetos que sirven para fijar las vías), así como un desgaste ondulatorio en rieles, entre otros.
Todas las deficiencias que presenta la también llamada Línea Dorada están contenidas de forma amplia en el “Informe de Afectaciones a la Operación y Seguridad de la Línea 12”, en el que se estima que las 430 mil personas que utilizan esta línea diariamente corrían peligro, sin embargo, dichas alertas fueron omitidas de una manera negligente tanto por la Directora del STC Metro, Florencia Serranía Soto, como la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
Una Comisión Especial de la Cámara de Diputados creada en la LXII Legislatura (2012-2015) para investigar la Línea 12, concluyó que la misma presentaba fallas técnicas y de infraestructura graves.
Estas preocupaciones fueron compartidas por la Auditoría Superior de la Federación, que desde 2008 documentó que los estudios de ingeniería básica tuvieron deficiencias en la obra de la Línea 12 del Metro capitalino.
Pero no solo los expertos alertaron del peligro, puesto que la ciudadanía desde 2018 venía compartiendo fotos y denunciando fallas técnicas de esta línea, entre ellas evidencias de un daño severo a la trabe que sostenía la ballena que se colapsó y provocó el desplome de los dos vagones; al parecer como consecuencia del sismo de 2017.
Por otro lado, hay que señalar que el presupuesto para el STC Metro en 2019 se redujo a 15 mil 652 millones 684 mil 591 millones de pesos respecto a 2018. Como consecuencia, la meta a mantenimiento tuvo un descenso de alrededor de 702.9 millones de pesos.
En estos hechos, destaca el afán del Presidente López Obrador de defender sin esperar el peritaje correspondiente, tanto a la Jefa de Gobierno como al Secreatrio de Relaciones Exteriores.
Pero lo más lamentable, es su actitud insensible frente a este accidente, uno de los más graves en la existencia del STC, a la pérdida de vidas, al dolor que están sufriendo los familiares de las víctimas y los problemas que están enfrentando las y los lesionados.
Para justificarse, mandó al “carajo”, prácticas de anteriores Presidentes que se apersonaban en el lugar a expresar su pesar a las víctimas cuando ocurrieron eventos similares.
Además, como es su costumbre, López Obrador inventó un complot en su contra, para recuperar la conducción de la agenda política y desviar la atención mediática sobre el accidente.
Es claro que el interés y la atención de López Obrador están en las elecciones. Lo que no debería olvidar es que las y los ciudadanos también esperan el 6 de junio para cobrarle a Morena los agravios y la incapacidad de su gobierno.
