En Estados Unidos, “décadas de políticas migratorias obsoletas y crueles han causado daños irreparables a refugiados, solicitantes de asilo e inmigrantes (…) Las políticas fronterizas de Estados Unidos no están funcionando para nadie”, afirmó Amnistía Internacional (AI) en un reciente informe.
Asimismo, añadió que “la inacción del Congreso y la dependencia de políticas crueles de disuasión, aplicación de la ley y detención han dado lugar a violaciones de las leyes estadunidenses e internacionales de derechos humanos y de refugiados, han dado lugar a un sistema quebrado plagado de retrasos, abusos y sufrimiento humano”.
Los inmigrantes y las personas que buscan asilo a menudo enfrentan daños graves, incluidos abusos y la muerte, en los centros de detención de migrantes, donde está bien documentado que las condiciones incluyen atención médica deficiente, condiciones crueles, higiene básica inadecuada, hacinamiento, abusos desenfrenados y uso generalizado del aislamiento.
En este sentido, la oficina de la organización no gubernamental en EU desarrolló un Plan de Derechos Humanos para la Frontera, en el que afirma que “la demonización de los inmigrantes y de las personas que buscan seguridad sólo ha dado lugar a políticas crueles y racistas que alimentan el caos en la frontera y en comunidades de todo Estados Unidos”, por lo que pugna por la no promoción de los estigmas contra los viajantes irregulares.
