Inicio COLUMNAS #CHISPAZO  De Unidad Nacional y Seguridad Pública

#CHISPAZO  De Unidad Nacional y Seguridad Pública

15
0

Por: Felipe Guerrero Bojórquez

Días antes de la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, había una expectativa que recorría el país: Que en su discurso la hoy mandataria llamara a la reconciliación nacional y planteara un nuevo modelo de seguridad pública, dos temas centrales en la estabilidad de la república. 

La ideología de la 4T se fundamenta en la lucha de clases y no en la integridad  de la nación. Para los ideólogos del «humanismo mexicano» la unidad nacional es una concepción burguesa a la que hay que combatir a partir de dividir tajantemente a la sociedad entre ricos y pobres. Por eso en el discurso de la presidenta Claudia Sheinbaum no existe el concepto de reconciliación. Hubiese sido una contradicción porque para la 4 T no hay nada que conciliar, «el pueblo es mucha pieza». 

Si alguien esperaba que en su toma de protesta la presidenta Sheinbaum llamara al país a la unidad, se topó con pared porque para ella sería difícil aceptar que López Obrador dejó a México dividido, polarizado. Para la 4T las diferencias basadas en la pluralidad no existen, lo que existe es la lucha de clases.

Sheinbaum, por ejemplo, resaltó que López Obrador es el presidente más querido después del General Lázaro Cárdenas, pero nunca diría que al mismo tiempo es el más odiado, producto de la polarización social y el rechazo de millones de mexicanos a su gobierno.

Para la 4T el país no está dividido, sino que existen naturales diferencias clasistas entre pobres y ricos. Cualquier cuestionamiento o desacuerdo con el gobierno morenista, es irremediablemente encasillado como adversario, enemigo del proyecto y por lo tanto conservador. No hay medias tintas, o eres o no eres. O estás con el pueblo o estás contra él.

En la ideología del obradorismo el concepto de sociedad civil tampoco existe: Lo han sustituido por el concepto «pueblo» como sinónimo de opresión, de marginación y de explotación por parte de los sectores ricos y la clase media «conservadora y aspiracionista». Por eso, todo aquel que cuestione la corrupción y las políticas erróneas de este tipo de modelo, aunque sea una persona pobre u ofrezca razonamientos fundamentados, será un conservador y un enemigo al que hay que combatir. En este tipo de régimen la pluralidad no existe, porque su naturaleza no permite ni respeta la opinión diferente, y porque además su fundamento ideológico opera bajo los principios de la propaganda, la que al mismo tiempo se sustenta en la mentira, la manipulación y la descalificación.

Es preocupante que en el tema de seguridad pública se siga tomando como referencia

«la guerra contra el narco» de Felipe Calderón, bajo el argumento de que durante ese sexenio hubo muchos muertos, cuando en este que acaba de terminar, con «los abrazos y no balazos”, hubo más. Y más preocupante que bajo este  argumento, la presidenta plantee el mismo modelo obradorista de que «el problema hay que atacarlo desde la raíz», refiriéndose a la desigualdad social y a la falta de oportunidades. 

Pero, desde luego, esa «raíz» no necesariamente está en la sociedad, sino en el gobierno, sin el cual los grupos criminales no podrían sostenerse. Por el contrario, la sociedad es víctima de las organizaciones criminales porque su operación y crecimiento tiene que ver con la corrupción gubernamental, no con la corrupción de los jóvenes.

¿De qué ha servido el programa denominado «jóvenes construyendo el futuro? si, como nunca, las organizaciones criminales llevaron a sus filas hasta niños y adolescentes. Es probable que muchos jóvenes que no tenían oportunidades ahora trabajen y estudien, pero ¿cómo explicar que a pesar de ello el fenómeno delincuencial siga creciendo? Muy sencillo: Porque el gobierno está involucrado a partir de que la clase política aceptó dinero y negocios del narco. ¿De veras se animará Claudia Sheinbaum a combatir esta corrupción, aplicar la ley y encarcelar a tanto gobernante pícaro, la mayoría, señalados ahora, de su partido? ¿O cerrará los ojos  y seguirá con el «humanismo» de López Obrador de no tocar ni al narco ni a sus protectores desde el gobierno? ¿Para qué sirve entonces las fuerzas armadas, la policía y la Guardia Nacional? Se habla de que se utilizará ahora la inteligencia. ¿Para qué y contra quien? Ni modo que no sepan quien o quienes, de fuera y de dentro, están metidos en el negocio. Ya veremos.

Comments

comments

Artículo anteriorPete Rose ; leyenda que no está en Salón de la Fama
Artículo siguienteAtleta oaxaqueña fallece luego de estar dos semanas grave por el ataque de 3 pitbulls
Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2