Un albergue en la fronteriza Ciudad Juárez que acoge por estos días a decenas de migrantes se ha convertido a su vez en un centro de terapia ocupacional y autosustentable en el que los extranjeros cultivan sus propias hortalizas y crían animales de granja.
«Todos tenemos una historia distinta. Todos queremos cruzar a Estados Unidos y queremos continuar nuestra vida. Y esto que hacemos diariamente nos ayuda a sobrellevar la convivencia», explicó José Guerrero, un migrante del oeste de México desplazado por la inseguridad y la pobreza.