El huracán Michael alcanzó hoy la categoría 3 en la escala de Saffir-Simpson, con vientos máximos de 195 kilómetros por hora, mientras se dirige sobre las aguas cálidas del Golfo de México hacia la costa noroeste de Florida, en donde se prevé toque tierra la tarde del miércoles.
La noche de este martes, el ojo del huracán se ubica 470 kilómetros al sur de la localidad floridense de Panama City.
Las alertas de huracán y de tormenta tropical se extendían en una amplia franja costera desde la frontera entre Alabama y Florida, hasta Tampa hacia el sur, informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) estadounidense.
“Lo más peligroso va a ser la marejada ciclónica y el viento, debido que se ha elevado a categoría tres, y los daños estructurales van a ser importantes”, dijo esta tarde el meterólogo Ricardo Rodríguez, de la televisora Univisión 23.
El gobernador de Florida, Rick Scott, exhortó a los residentes del noroeste del estado a evacuar las zonas designadas por las autoridades, y declaró el estado de emergencia en 35 condados.
“Si le han dicho que evacue, váyase. Podría ser la diferencia entre la vida y la muerte”, recalcó Scott en una rueda de prensa.
El presidente estadounidense Donald Trump también declaró la emergencia para que el estado reciba fondos federales, y el Departamento de Seguridad Interna y la Administración Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) coordinen los esfuerzos de ayuda con las autoridades estatales y locales.
Michael tocaría tierra alrededor de las 14:00 hora local del miércoles con potentes vientos en la zona del Panhandle o Big Bend, que están bajo alerta y en estado de emergencia, aunque los vientos con fuerza de tormenta tropical comenzarán a azotar la zona desde la noche de este martes, previno el CNH.
“Es una tormenta masiva y una amenaza mortal y se pronostica que sea la más destructiva que azote el Panhandle en décadas”, subrayó Scott.
Un total de 35 condados fueron puestos bajo estado de emergencia, y en algunos de ellos rigen órdenes de evacuación obligatorias, especialmente en las áreas costeras y en los sitios para casas móviles.
Las escuelas suspendieron clases y los negocios cerraron sus puertas, mientras residentes han cubierto con tablas las ventanas de sus casas y han adquirido víveres para soportar la tormenta.
Michael, el séptimo huracán de la actual temporada en el Atlántico, dejará lluvias torrenciales y fuertes vientos que pueden ocasionar una peligrosa marejada ciclónica que provoque inundaciones.
En la zona del Panhandle y Big Bend, así como en el sur de Georgia el huracán podría arrojar hasta 30 centímetros de lluvia.
