El Papa Francisco realizó el miércoles su primera audiencia general semanal en público en seis meses, sonriendo y conversando en medio del levantamiento de las limitaciones impuestas por causa del coronavirus.
La audiencia, en la que el Papa anunció un día de oración y ayuno por el Líbano, se celebró en el patio de San Dámaso del Palacio Apostólico del Vaticano. A los visitantes se les tomó la temperatura y casi todos entre la audiencia de aproximadamente 500 personas usaron mascarillas.
“Después de tantos meses, retomamos nuestros encuentros cara a cara y no pantalla a pantalla, cara a cara, y es hermoso”, declaró el Pontífice al inicio de la audiencia.